Seguramente Chueca registró anoche un pequeño vacío, debido al variopinto público que cubría, aunque no llenaba, las gradas del Palacio.
Estuvimos en el puente del Trabajo en Goya para ver con entrada cara, de las de Golden Ring, a la diva e icono de los 80, Alaska, con su grupo y sus tres teloneros.
Habiendo tres, es imposible "pasar" de ellos en la crónica.
La noche empezó un poco "loca", o mejor, "con loca", a las 20.30, cuando puntual irrumpió en escena La Prohibida, que quien sabe si por rendir homenaje a la época "espacial" de David Bowie, apareció ataviada con un traje blanco brillante de lo más "galáctico". Su estilo musical podriamos encuadrarlo en el tecno-pop. Increible su facilidad para desplazarse sobre esos taconazos.
Lo más llamativo estaba por llegar. A las 21.15 largas tomaron el escenario The Cabriolets, cuya "diva" Bimba Bosé parece haber heredado de su célebre tío Miguel bastante más que su fisonomía: su ambigüedad, su carisma (salvando las distancias) y un gusto insólito por la provocación. Arrojó las bragas al público, dios mío :) En su favor diré que era la única telonera que no llevaba la música enlatada. Hacen una música de corte bastante anglosajón, combinando el inglés con el español para sus letras.
Con cierto retraso acumulado, a las 22.00 llegaron, enfundados en cuero negro, Nancys Rubias, el grupo del marido y cuñada de Alaska, algo así como Marilyn Manson transfigurado en una forma de cantar a lo Ramones con producción de Sisters Of Mercy, pero más "loca". Para la ocasión, su himno Sálvame quedó relegado del repertorio en favor del himno eurovisivo Diva, de Dana International. Muy a su pesar, el show lo robó unos instantes un sufrido ayudante de sonido que se comió el suelo cayendo del escenario, para la consternación de Mario Vaquerizo.
Y a las 22.50, por fin, apareció la reina del glam acompañada de Nacho Canut, su apuesto corista Rafa Spanky y una rubia guitarrista, ataviados de negro "reglamentario" en ellos. Sobre un escenario decorado a base de paredes de ladrillo plateadas, desgranaron casi todo su nuevo álbum, Absolutamente, con excepción de Gracias pero no y Mi futuro sin ti, y hubo constantes miradas al pasado inmediato de su anterior álbum, El extraño viaje, y revisiones de los grandes clásicos del grupo.
Varios números estuvieron respaldados por coreografías muy efectivas realizadas por dos bailarines de lo más flexibles, que aparecieron parapetados tras de dos maniquíes y con capucha, que luego se quitaron.
En otro pudimos ver a dos asiduas de Alaska, Miss Topacio y Miss Malibú. Una noche para bailotear y disfrutar de lo lindo con una música de lo más contundente, aunque muchos, más entendidos en Alaska que yo, se vieron frustrados por la impresión de que la cantante estaba un poco "ida", como ausente y falta de concentración en lo que hacía. Yo que no tengo concierto con el que comparar, salvo el del DVD ¡Viven!, sólo puedo decir que me encantó todo. A la hora de los bises tuvimos doble sorpresa, primero con una mirada muuuuy retrospectiva, al éxito de Alaska y Dinarama Ni tú ni nadie, siempre de grato recuerdo, y una versión, durante la cual tomaron la escena tooodos los teloneros, de Tenía tanto que darte, del grupo Nena Daconte. Lo cierto es que muchos con seguridad no entendimos muy bien lo que pintaba aquella canción, teniendo en cuenta el copioso repertorio del grupo, después de 19 años como Fangoria. Para acabar retomaron la "normalidad", con No sé qué me das. Globos plateados y confettis a juego habían tomado la escena y a parte de nosotros en las primeras filas para entonces. Y todos a casa. Eso sí, como de costumbre, organización pésima con personal de seguridad desinformado, que no nos dejaban entrar a lo que ellos llamaban "zona vip", llamado simplemente "entradas más caras de parte delantera de pista". En fin...
Para documentaros más, tenéis su web oficial, su copiosa discografía en version remasterizada aqui.
Y como curiosidad, una entrevista en El Pais, donde quizá podáis desentrañar el misterio por el que este icono de la posmodernidad colabora con el amargado de Jiménez Losantos.
Quizá responda en parte a la pregunta la existencia de este blog que descubrí hace poco, que al parecer mantienen Alaska y su marido.
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