La foto con tanto cielo azul que adjunto aqui, bien podría ser motivo de un puzzle de 3000 piezas, aunque sería una faena. Es el aspecto que presentaba la playa de San Juan de Alicante el otro día cuando la visitamos. Muy accesible en coche y muy tranquila, no es difícil aparcar en ella ni disfrutar de un relajado día al borde del mar.
A continuación lo ideal es poder reponer fuerzas cenando para luego seguir paseando; en nuestro caso, el desconocimiento de la zona y el hecho de que están muy próximos entre sí motivó que fuesemos a parar al mismo Alicante, donde obtuvimos algunas bonitas vistas (y un par de hamburguesas muy jugosas) desde el Panoramis, un centro de ocio del puerto. Gracias desde aquí a Adan, camarero del Foster's Hollywood, que nos atendió cordialmente, nos abasteció y nos hizo una de las pocas fotos que no salieron movidas, la que he insertado de la palmera.
También pudimos recorrer parte del paseo marítimo donde se desarrollaba una muestra de música brasileña cortesía del ayuntamiento de Alicante; mientras escuchábamos los últimos compases del concierto pudimos degustar un granizado de chocolate puro en la casa Valor, y como no, gastar los ahorrillos que no tenemos en los puestos hippies donde son tan amables de atenderte, que no puedes resistirte a comprar algún recuerdo por pequeño que sea.
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