Este que os escribe en diferido solía ser un desastre para estas cosas de regalar en el Día de la Madre. Siempre apurando el plazo, y recurriendo al "yo te quiero igual todo el año", que no colaba ni por asomo. Igualmente se enfurruñaba si no había un detallito ese día, o el de su santo, o el de su cumple. Aún recuerdo la cara que se le quedó cuando envolví un Chupa Chups con caperuza en forma de cabeza de Darth Vader para simular que era su regalo, y ella lo miraba con escepticismo y decía, "sí, no está mal", presintiendo, con esa certera intuición que tenéis todas las chicas, que era una broma.
Al hilo de regalarle música, que aunque inusual y raro, es algo que siempre me ha gustado, no creo ser una excepción si digo que he comprado mucha música para regalar de Village People, Donato y Estéfano, Ricky Martin, Julio Iglesias, Enrique Iglesias (al cual debo que los canadienses sepan pronunciar mi nombre), Modern Talking o, sobre todo, David Civera y Chayanne. Lo que sorprende un poco a mis allegados, es que todos ellos se contaban entre sus favoritos para amenizar, sobre todo, sus tardes de plancha. Evidentemente nunca le amargaron dulces como los libros de la chick-lit más variopinta, por Federico Mocchia y otros muchos, ni los perfumes con número 5 y demás, por mucho que la sencillez y la modestia fueran su habitual tarjeta de presentación.
No pensaba lo mismo de artistas femeninas como Kylie Minogue, Luz o Marie Friedriksson (solista de Roxette), que siempre han gustado a grandes y chicos de muchas edades y nacionalidades, entre los que nos incluimos los dos coautores de este vuestro blog amigo, pero no eran santas de su devoción, ni muchísimo menos. Recuerdo tardes conduciendo de vuelta a casa de viajes cortos en verano, en las cuales mi padre cabeceaba en la parte trasera del vehículo, mi madre ponía cara de circunstancia y ambos me daban a entender que preferían mis CDs de Madonna, Scissor Sisters (a los que ella solía confundir, no sin razón, con los Bee Gees) o Eric Woolfson a la música de álbumes como X, de Kylie.
Pero si algo unió a las mujeres mencionadas, tanto a Kylie, Luz o Marie con mi madre y también con su hermana, fue la lucha, a veces infructuosa y frustrante, contra la que algunos llaman la Enfermedad del Siglo. Esa que deshace vidas, separa familias, diluye ilusiones y muchas veces se lo lleva todo por delante, y es algo más que una moda rápida, recientemente puso un fundido en negro a la vida de dos queridas mujeres que acostumbraban a vestir con colores vivos, no importaba a qué precio. Por suerte, las tres artistas mencionadas aquí pueden dar gracias a diario, y lo hacen, por algo que todos damos por sentado; estar vivas, y haber salido airosas de un duro envite que las podría haber convertido en historia pasada. Dios las dotó con el arte de cantar, de hacernos un poquito más felices con su música, y también de sobrevivir en tiempos duros.
Sirva este artículo para animaros en general a que regaléis música. No es sólo algo friqui, es saludable para nuestro espíritu. Cuando tengas un buen o mal día, cuando eches unas risas con amigos, cuando tengas contrtiempos, no sólo recordarás lo bueno o lo malo que pasó, sino también qué canción estabas escuchando. Y sobre todo, sirva este artículo para honrar la memoria de la mujer que lo empezó todo, por la cual estoy aquí dandoos la vara, de su hermana, la mas fiel cómplice, amiga y pariente, y también de la madre de ambas. Desde arriba nos cuidan y ven todos nuestros aciertos, nuestros fallos y nuestros progresos, ahora ya sin pena, sin agobios, sin enfermedades, y confío en que tengan a mano muchos centros comerciales para pasear, "vaciar las tiendas" (como decíamos irónicamente) y cafeterías con barra libre de tortitas con nata y sirope. Una imagen, la de su paseo y su merienda de los viernes, que algunos compartíamos tan religiosamente como nos lo hacía posible el devenir diario, que aún mucha gente conserva fresca en la memoria, y que ahora se seguirá repitiendo con otras personas, allí donde la amistad o el amor hayan calado más hondo.
A todas ellas, y particularmente a la que me trajo al mundo, gracias por haber existido. Cuidadnos.
Lucha contra el cáncer
2 comentarios:
Precioso Enrique
Me has emocionado muchísimo. Realmente precioso. Ella siempre estará contigo, cuidándote y velando por ti desde el cielo... Muchos besos y espero verte prontito, porque a este paso, Darío hace la Comunión y no le conoces. Disfruta del verano. Muaaaaa...
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