Este año por fin ha visto un momento que se produce por primera vez, se trata ni más ni menos que de la primera actuación de Madonna en Edimburgo y en general en Escocia, país al que ella ha rendido homenaje en coreografías de giras anteriores, como su número de Papa Don't Preach correspondiente al Reinvention tour de 2004. Madonna se toma la revancha con coreografías impecables, pantallas multimedia a todo trapo y un espectáculo completo de presentación de su nuevo álbum, MDNA, eso sí, mermado 10 minutos debido a las absurdas leyes que impiden la contaminación acústica en las islas británicas los sábados más allá de las 12 de la noche, y que afectaron al concierto de Bruce Springsteen en Hyde Park. Sí, quien se pregunte como se puede cortar el suministro a Bruce mientras está tocando Twist And Shout con el mismísimo Paul McCartney, se tirará de los pelos, pero esto se hace mucho ahora allí. Así pues, dos canciones menos, Like A Virgin a ritmo de vals e inspirado en el maltrato y I'm Addicted, que por lo que hemos podido comprobar es una coreografía que merecía mucho menos ser recortada que otros números más tranquis y prescindibles, pero así son las cosas. Por qué abría la barra de bebidas y aperitivos a las 14:00 y en cambio no fueron capaces de empezar el show antes para no recortarlo, está más allá del entendimiento de cuatro españolitos que fuimos allí porque no nos venían bien las actuaciones de Barcelona entre semana.
Así, con botafumeiros y otros motivos religiosos, y ella vestida de riguroso luto con traje a imagen del vestido con el que contrajo nupcias con Guy Ritchie allá por 2003 en Escocia, dispuesta a llevarse recuerdos buenos más duraderos, además de los vascos Kalakan entonando un acto de contrición en latín, arrancaban casi dos horas de espectáculo precedidas por el DJ sueco Alesso. El espectáculo tiene un arranque fuerte y sincopado con Girl Gone Wild, iniciando así una parte de corte explícito con números de tiros como Gang Bang, donde la artista nos da a entender que no le importa quemarse en el infierno, con temas como Papa Don't Preach o Hung Up. A continuación viene la parte de las animadoras con Gimme All Your Luvin', y otros números muy destacables como la versión folk de Open Your Heart arreglada por Kalakan para esta especial ocasión. Masterpiece a coro con ellos queda casi mejor que en disco, y sucede al discurso de rigor que Madonna pronuncia en todos los recintos, recordando que no da por garantizado el amor y el seguimiento de sus fans. Pero poca tregua más se da de ahí al final del concierto, con un final majestuoso con coro gospel incluido para el penúltimo número, Like A Prayer muy en la línea de lo visto en el intermedio de la Super Bowl.
Y os dejamos con el montaje del director de un inciso que se realizó en el Olympia este verano, un especial de unos 50 minutos con parte de los temas de esta gira reinterpretados para el público francés. Para esta ocasión se seleccionaron los temas más tranquis y hubo números especialmente pensados para la misma.
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