Este post está dedicado a mi padre
Las ediciones Deluxe de hoy en día compensan sólo hasta cierto punto. Como fan de Madonna y coleccionista aficionadillo desde hace más de tres décadas (básicamente, desde La isla bonita, reciente récord con 400 M de visualizaciones de YouTube, en adelante), debo decir que sigue sin haber quien la eche la pata; por más que se la quiera denostar, consigue no dejarte indiferente con melodías infecciosas y letras que dan que pensar si se entienden. Aunque dichas letras hace años que no las incluyen en el libreto, pero qué vamos a hacerle... los fotógrafos aún la adoran, y los momentos tenientes con su pronunciación del portugués siguen siendo tan encantadores como siempre han sido en español. Además, ya por fin, tras elaboradísimos tonteos en sus giras con la World Music en sus diversos ámbitos, se zambulle de lleno en ella en versión estudio, y a la hispano-portuguesa. Sabe como hacerse la tonta, genera polémica, no son los featuring que esperábamos, sino orientados a captar un público más joven, como lo demuestra la presencia de Maluma en dos temas... pero te lleva exactamente por donde quiere y no te das ni cuenta... sí, Medellín a primera escucha parece una castaña pero cierras los ojos, te imaginas en un paseo marítimo al borde del mar, y aunque no lo parezca, el viaje no ha hecho más que empezar, y a los dos días ya vas por las esquinas musitando 1, 2, cha-cha-cha, 1, 2, cha-cha-cha.... Entre Batuka, electrolatino, reggae, disco con mensaje anti-armas como God Control, y baladas impecables como I Rise, habrás echado una hora y cuarto y todo el inconveniente es que debes cambiar de CD para escuchar sólo tres temas extras, que a día de hoy no están en Spotify. Y si algo es importante en los viajes, aparte de que finalicen bien, es haberlos disfrutado en el camino. Y poder repetir y descubrir cada vez nuevos matices. Los entendidos lo llaman disco de concepto. Yo lo llamo qué se habrá tomado esta mujer????, yo quiero tomar un poco.