Para ello abrimos boca con los Belle And Sebastian, que alabaron el gusto de un espectador que había corrido una maratón en la ciudad ese mismo día, y subieron al escenario unas 20 o 30 personas a bailar.
Les siguió Roisin Murphy, una irlandesa con imagen entre Mari Trini y Chrissie Hynde y sonido cercano a Bjork y Sinead O'Connor a partes iguales. Sus cambios de vestuario fueron tan numerosos como llamativos.
Pero a las 22.30, puntuales como buenos británicos, ahí estaban Pet Shop Boys dándolo todo con sus hits, sus proyecciones impactantes y dos ágiles bailarines. El repertorio se expandió a lo largo de su carrera con 23 canciones la mayoría bailables, incluyendo Suburbia, Rent o It's A Sin. Un buen sabor de boca para proseguir el turismo por la ciudad finlandesa, que recomendamos encarecidamente.